Hoy, día 5 de diciembre de 2024, y apenas 17 años después de que un tal Satoshi Nakamoto (o posiblemente una organización) enviará el White Paper en el que hablaba de sistema monetario de verificación de transacciones por pares, la criptomoneda en la que se basaba este modelo descentralizado del que hablaba, Bitcoin, ha llegado a superar el umbral psicológico de los 100.000 USD por unidad. Hablamos posiblemente de la mayor revalorización de la historia, más de un 9.100.000.000% en menos de dos décadas. Nunca ha habido un activo igual, y muy posiblemente no volvamos a ver otro de tal magnitud.

El sueño libertario

Y es que Bitcoin fue creado como algo mucho más que una criptomoneda con la que especular respecto a su valor (aunque mucha gente, y de forma muy lícita, la utilice para ello), fue creado como una forma de escape de la depreciación constante que sufre el dinero FIAT controlado por la banca central, y que así seguirá siendo en un mundo que ya solo es capaz de crecer gracias a la deuda. Si las economías modernas, solo pueden seguir creciendo endeudándose, la forma más sencilla de devolver esos préstamos será la inflación. Y es aquí donde Bitcoin promete escapar -qué no romper- la trampa del sistema. Hablamos de una moneda digital que:

  • Tiene una oferta limitada en 21.000.000 de unidades por lo que no se puede inflacionar. Actualmente, ya se han minado más de 19 millones.

  • No depende de ninguna autoridad central (solo es un programa informático)

  • Es fácilmente intercambiable a través de app móviles

  • No cuesta nada de almacenar y transportar, hasta el punto de que puedes transportar cientos de miles de euros o dólares de un país a otro,  en una especie de pendrive (wallet fría), sin apenas esfuerzo.

  • Es discreto y escapa al control de las autoridades. Por ejemplo, puedes hacer transacciones de una cartera a otra sin declarar.

Y claro, ante tal activo el mercado ha sabido reconocer su valía. No existe otro activo igual. Y no solo los minoristas, que fueron los primeros en descubrir su potencial valor, recientemente también el capital institucional con la aprobación de los 11 ETF, así los propios gobiernos, como por ejemplo fue el caso de El Salvador hace ya 3 años, o recientemente Donald Trump, quien ha prometido crear un fondo estratégico de reserva en Bitcoin, con el apoyo de importantes nombres del partido republicano.

¿Y qué pasará ahora?

Debemos entender y aceptar que el ecosistema cripto se mueve por olas o ciclos, un poco como las economías modernas. De esta forma, cuanta más gente descubre y entiende Bitcoin, en cada ciclo se alcanzan nuevos máximos, para después retroceder a mínimos más altos que los mínimos del ciclo anterior. Más allá de si hay algún retroceso o no, debido a que mucho minorista puede tener sus órdenes de take profit en el umbral de los 100.000 USD, no son pocos los analistas que aseguran que a este ciclo todavía le queda tirada. Es más, un ciclo alcista de criptomonedas suele durar unos ocho o diez meses, y de momento, apenas llevamos dos.

Michael Saylor, cuya empresa Micro Strategy (MSTR) tiene colateralizados sus activos con Bitcoin,  y que por cierto en estos momentos se encuentra y de muy lejos en máximos históricos, asegura que “en el presente ciclo podría llegar cerca de los 180.000 USD, para luego retroceder a los 140.000 USD, donde la gente enloquecerá nuevamente hablando de criptoinvierno”. Sea como fuere, y llegue en el presente ciclo hasta donde llegue, lo que es evidente es que conforme las nuevas generaciones van incorporándose en el mundo adulto, y las generaciones más senior van desapareciendo,  cada vez más personas confían en este activo digital como reserva de valor a largo plazo.

Por lo que me hago una pregunta. ¿Como inversores a largo plazo que somos, si en tan solo 17 años, ha llegado donde ha llegado, donde podría estar dentro de 10 o 15 años más? Sin duda, nunca es tarde para comprar.