Un embargo es una restricción comercial generalmente impuesta por un gobierno, un grupo de países o una institución internacional que sirve de sanción económica. Los embargos pueden afectar a todo el comercio o solo a un tipo específico de producto, por ejemplo, un embargo de armas. Están diseñados para castigar económicamente a un país por acciones que atentan contra el derecho internacional, y tienen como fin impedir que continúe con ellas.

¿Cómo funciona un embargo?

Los embargos sirven para castigar la actividad de determinados países que están teniendo un comportamiento lesivo con el equilibrio internacional. Es un castigo comercial, por lo que no suele conllevar el uso de fuerza militar, como mucho, para hacer efectivo el embargo a través de, por ejemplo, un bloqueo naval. Los embargos pueden llegar a ser poderosas armas con las que golpear la economía de un país y dificultar su acceso al mercado internacional.

Un embargo es una restricción comercial generalmente impuesta por un gobierno, un grupo de países o una institución internacional que sirve de sanción económica.

Los países que dependen de las exportaciones tecnológicas o del acceso al mercado global son especialmente sensibles a los embargos. Sin embargo, hay otros países que han llegado a soportar durante décadas embargos de larga duración, con un consecuente coste social interno.

Embargos en la actualidad

En la actualidad, hay numerosos embargos en activo. Por ejemplo, cuando Rusia invadió Ucrania, la Unión Europea embargó el país ruso aunque sin los efectos deseados. Al otro lado del atlántico, Estados Unidos encabeza varios de los más largos embargos comerciales de la historia: los de Cuba y Corea del Norte. También fueron objetos de embargos sonados países como Irán o Siria en el contexto de las guerras que azotan Oriente Próximo -cosa que, pese a todo, no le ha pasado a Israel-, o China tras la matanza de la plaza de Tian An Men.

Efectos de los embargos

Los embargos rara vez resultan en un cambio de política, y mucho menos en el gobierno del país objetivo. Por ejemplo, el embargo de Estados Unidos contra Cuba, en vigor desde 1962, no ha logrado derrocar al partido comunista gobernante del país ni persuadirlo de tolerar la disidencia. De manera similar, el embargo sobre las exportaciones de petróleo a Estados Unidos impuesto por los miembros árabes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) durante la Guerra Árabe-Israelí de 1973 no logró poner fin al apoyo de Estados Unidos a Israel.

Sin embargo, los embargos pueden tener éxito en su objetivo de castigar al país objetivo. Por ejemplo, el embargo petrolero árabe de 1973-1974 provocó escasez de combustible, racionamiento y un aumento vertiginoso en los precios de la gasolina, lo que incrementó el coste de la política exterior de Estados Unidos. En la década de 1980, las restricciones comerciales limitadas impuestas a Sudáfrica, junto con sanciones económicas y de inversión por parte de varios países, incluyendo a Estados Unidos, aceleraron el fin del apartheid.

Las sanciones comerciales limitadas impuestas a Rusia tras su invasión y ocupación de partes de Ucrania en 2014 no lograron disuadir la renovada agresión rusa en 2022. Se informa que las sanciones más amplias impuestas por Estados Unidos y sus aliados desde febrero de 2022 han privado al ejército ruso de semiconductores vitales para la electrónica militar, así como de piezas necesarias para la fabricación de tanques. Y el movimiento de boicot, desinversión y sanciones, que utiliza el modelo de Sudáfrica para promover sanciones que castiguen a Israel por ocupar territorio palestino, ha provocado una feroz oposición por parte de Israel y sus aliados, lo que indica los altos costos que tales sanciones podrían imponer.