El capital es uno de los cuatro factores de producción, junto a la tecnología, la tierra y el trabajo. Su característica principal es que comprende todos los bienes destinados a la fabricación de productos o servicios. Sirve principalmente para agregar valor a una empresa, una institución…
Por otro lado, en término empresarial el capital se refiere a los activos de una empresa. Está relacionado directamente con factores como la liquidez, la estrategia de expansión y el financiamiento.
Por capital podemos entender todos los bienes físicos y financieros que adquieren las empresas a través de la aportación de sus socios con el objetivo de generar ganancias. Es la suma de todas las riquezas que posee una compañía.
¿Para qué sirve el capital?
El capital tiene como meta principal la obtención de beneficios sobre la actividad económica en la que se invierte el dinero. En el ámbito corporativo los accionistas realizan aportaciones de capital, ya sea a través de bienes, dinero o conocimientos que aporten valor al negocio.
Lo más normal es que las personas que invierten su capital lo hagan con la intención de conseguir aumentar su valor y poder revenderlo a mayor precio. También pueden cosechar rentabilidades con los intereses generados durante el tiempo que mantengan el activo en su cartera.
¿Qué tipos de capital existen?
Hay muchas clases distintas de capital. Según su propiedad encontramos:
- Privado: los responsables son agentes privados como sociedades, organizaciones, personas particulares…
- Público: es el perteneciente a administraciones públicas y estatales. Son propiedad del gobierno o de las diligencias autonómicas.
Con base en cómo han sido constituidas se observan los siguientes:
- Físico: se trata de bienes tangibles y visibles, es decir, pueden ser objetos, herramientas o instrumentos. Algunos ejemplos pueden ser ordenadores, maquinaria o vehículos de empresa.
- Intangible: no puede tocarse ni verse pero es real. Son conceptos, ideas, acciones, marcas o imágenes que aportan utilidad a la actividad empresarial.
También puede distinguirse analizando los plazos estipulados:
- A corto plazo: la intención no es otra que la de obtener beneficios en un período breve de tiempo (en un año, por ejemplo). En este caso podemos citar la reventa de productos como una ejemplificación de este tipo de capital.
- A largo plazo: es el más usual y la intención es invertir con perspectiva de adquirir ganancias en un futuro. No inviertes pensando en ganar rápidamente. Un ejemplo puede ser la puesta en marcha de una empresa nueva en un determinado sector; deberás esperar un margen de tiempo considerable para darte a conocer y empezar a tener beneficios.
Además, existen algunas tipologías más diversas de capital:
- Humano: es una medida del valor económico que se le pone a una persona según su valía y sus habilidades.
- Financiero: es la totalidad de patrimonio de una persona física o jurídica.
- Social: se trata de los aportes de los socios de una empresa mediante las cuales obtienen una parte de su propiedad.
- Riesgo: es la inversión en el capital de organizaciones de carácter privado (que no cotizan en la bolsa de valores).
- Flotante: es el porcentaje del accionariado de una compañía que hay en el mercado que puede ser adquirido por otros inversores.
Referencias
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