La carencia de préstamo es un periodo opcional pactado al inicio de un crédito en el cual no tienes que devolver capital, solo pagar intereses. De este modo, el que solicita el préstamo tiene un periodo de alivio financiero, con la contrapartida de que éste se alarga en el tiempo y, muy seguramente, en la cantidad a pagar final.

¿Qué es la carencia de préstamo?

La carencia es el periodo pactado al inicio o durante la vida de un préstamo en el que el prestatario se libera de la obligación de amortizar el capital, teniendo que costear únicamente los intereses. Así, el solicitante puede disfrutar de un periodo de alivio financiero, si bien tanto la cantidad final a pagar como el tiempo del préstamo se verán elongados.

La carencia de préstamo es un periodo opcional pactado al inicio de un crédito en el cual no tienes que devolver capital, solo pagar intereses.

Un prestamista puede conceder esta carencia a fin de hacer su préstamo más atractivo y aumentar su beneficio potencial final.

Tipos de préstamos con carencia

Hay dos tipos de periodos de carencia en los préstamos:

  • Carencia parcial o de amortización, en el que, mientras dure el periodo de carencia, sólo hay que abonar como cuota los intereses del préstamo. Las personas que normalmente solicitan esta carencia suelen tener que afrontar problemas financieros puntuales como una enfermedad temporal o una situación de desempleo.
  • Carencia total, en el que no se hace frente ni al capital ni a los intereses. El principal hándicap de esta modalidad de periodo de carencia es que, una vez expire, la cuantía de las cuotas será más elevada, lo que condicionará de manera más relevante la capacidad de endeudamiento del prestatario.

Ni en la amortización parcial ni en la total se amortiza capital del préstamo. Habitualmente, cualquiera de ellas puede extenderse durante un plazo que va desde los tres meses a los dos años.