Una crisis bancaria es un periodo o contexto en el que el sector financiero se ve golpeado por la insolvencia o quiebra de una o varias entidades bancarias. Esto puede ser debido a una mala gestión por parte del banco de sus activos, una debacle en otros sectores que afectan a esos mismos activos o bien a un proceso de retirada masiva de depósitos o bank run.

Desarrollo de las crisis bancarias

Una crisis bancaria suele iniciarse cuando un banco entra en una debacle financiera y contagia al sector. Por ejemplo, recientemente, la quiebra del SVB desató una oleada de pánico bancario que se contagió a muchos otros pequeños bancos estadounidenses, llevándoselos por delante. Este fenómeno se contagió a Europa, donde el Credit Suisse tuvo que ser rescatado.

Una vez un banco entra en quiebra, las autoridades se ven obligadas a actuar para evitar males mayores. El Estado interviene el banco a través de los organismos pertinentes y, o bien lo nacionaliza, o bien lo vende con el fin de salvaguardar los activos y los depósitos de los clientes del banco fenecido. Si las autoridades no consiguen frenar el colapso, la crisis puede volverse sistémica y afectar a la economía general.

La mayor crisis bancaria mundial hasta la fecha es la acaecida en 2007, popularmente conocida como la crisis de 2008, año en el que se hundió el Lehman Brothers. En España, la crisis golpeó duramente a la población y la economía, y acabó produciendo el hundimiento de Bankia, que en 2012 tuvo que ser intervenido.

¿Cómo saber cuándo hay una crisis bancaria?

Por lo general, es difícil determinar cuándo va o está sucediendo una crisis bancaria. En la mayoría de países existe una gran información acerca de los depósitos y retiros bancarios de las entidades. Por tanto, a priori se pueden identificar crisis bancarias debidas a un bank run.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, las crisis bancarias suelen producirse no del lado de los pasivos del banco (los depósitos) sino del lado de sus activos. Cuando los activos de un banco sufren un deterioro prolongado, o bien el banco no acierta gestionándolos, se puede producir una crisis. Existen algunos indicadores para detectar este deterioro, si bien no son datos públicos en algunos países:

  1. Proporción de préstamos que pueden acabar en suspensión de pagos.
  2. Fluctuaciones en sus activos inmobiliarios.
  3. Caída en los precios de las acciones y sus derivados.

¿Cómo nos afecta una crisis bancaria?

Las crisis bancarias suelen tener consecuencias adversas de dos tipos: fiscales y bursátiles. En el primer caso, cuando sucede una crisis bancaria, el Estado se ve obligado a intervenir para evitar una debacle. Siguiendo esta línea, los costes de intervención y la posible nacionalización de la entidad repercuten en la fiscalidad del país. En el segundo caso, una crisis bancaria afecta al mercado impidiendo su óptimo funcionamiento.

Además, una crisis bancaria puede llevar a la subutilización y asignación ineficiente de los recursos, repercutiendo directamente en la economía de la nación. El Fondo Monetario Internacional (IMF por sus siglas en inglés) ha calculado que el 80% de las crisis bancarias acaecidas desde 1975 han venido acompañadas de pérdidas significativas de producción. En este sentido, el fondo asevera que se ha requerido alrededor de tres años para que el crecimiento de la producción retornase a su nivel tendencial y la pérdida acumulada del crecimiento del producto fue de más de 10 puntos porcentuales de PIB.