Los futuros son activos financieros derivados que obligan a las partes a comprar o vender un activo en una fecha y precio futuros predeterminados. El comprador debe comprar y el vendedor debe vender el activo subyacente al precio fijado, independientemente del precio actual del mercado en la fecha de vencimiento.

Los activos subyacentes incluyen materias primas físicas e instrumentos financieros. Los contratos de futuros detallan la cantidad del activo subyacente y están estandarizados para facilitar la negociación en los mercados.

Los futuros en resumen

Los futuros permiten a los inversores fijar el precio del activo o materia prima subyacente. Estos contratos tienen fechas de vencimiento y precios fijos que se conocen de antemano. Los futuros se identifican por su mes de vencimiento. Por ejemplo, un contrato de futuros sobre el oro de diciembre vence en diciembre.

Los inversores utilizan el término futuros para referirse a esa clase de activos en general. Sin embargo, hay muchos tipos de contratos de futuros disponibles para la negociación, entre ellos:

  1. De materias primas con productos básicos subyacentes como el petróleo crudo, el gas natural, el maíz o el trigo.
  2. Sobre índices bursátiles con activos subyacentes como el índice S&P 500.
  3. Sobre divisas, incluidos los del euro y la libra esterlina.
  4. Sobre metales preciosos, el oro y la plata
  5. Sobre bonos del tesoro y otros valores financieros

Es importante tener en cuenta la distinción entre opciones y futuros. Los contratos de opciones de tipo americano dan al titular el derecho (pero no la obligación) de comprar o vender el activo subyacente en cualquier momento antes de la fecha de vencimiento del contrato. En el caso de las opciones europeas, sólo se puede ejercer en el momento del vencimiento, pero no se tiene la obligación de ejercer ese derecho.

En cambio, el comprador de un contrato de futuros está obligado a tomar posesión del bien subyacente (o su equivalente financiero) en el momento del vencimiento y no en cualquier momento anterior. El comprador de un contrato de futuros puede vender su posición en cualquier momento antes del vencimiento y quedar libre de su obligación.

El uso de los futuros

Los mercados de futuros suelen utilizar un elevado apalancamiento. El apalancamiento significa que el inversor no necesita poner el 100% del valor del contrato cuando entra en una operación. En su lugar, el corredor exige una cantidad de margen inicial, que consiste en una fracción del valor total del contrato. Es por eso que suelen conllevar un alto riesgo y por eso no son recomendables para inversores principiantes o que no saben mucho acerca de ellos.

La bolsa en la que se negocie el contrato de futuros determinará si el contrato es para entrega física o si puede liquidarse en efectivo. Una empresa puede firmar un contrato de entrega física para fijar el precio de una materia prima que necesita para la producción. Sin embargo, en muchos contratos de futuros participan inversores que especulan con la operación. Estos contratos se cierran o se compensan -la diferencia entre el precio inicial de la operación y el de cierre- y se liquidan en efectivo.

El peligro de la especulación

Un contrato de futuros permite a un inversor especular sobre la fluctuación del precio de una materia prima. Si un comerciante compra un contrato de futuros y el precio de la materia prima sube y se negocia por encima del precio original del contrato al vencimiento de éste, entonces tendrá un beneficio. Antes del vencimiento, el contrato de futuros (posición larga) se vendería al precio actual, cerrando la posición. La diferencia entre los precios se liquidaría en efectivo en la cuenta de bróker del inversor. Sin embargo, el inversor también podría perder si el precio de la mercancía fuera inferior al precio de compra especificado en el contrato de futuros.

Los especuladores también pueden tomar posición especulativa corta si creen que el precio del activo subyacente caerá. Si el precio baja, el inversor generará una posición compensatoria para cerrar el contrato. Una vez más, la diferencia neta se liquidaría al vencimiento del contrato. El inversor obtendría una ganancia si el precio del activo subyacente estuviera por debajo del precio de contrato y una pérdida si el precio actual estuviera por encima del precio de contrato.

Cobertura de posiciones

Los futuros pueden utilizarse para cubrir el movimiento del precio del activo subyacente. En este caso, el objetivo es evitar las pérdidas derivadas de variaciones de precios potencialmente desfavorables, más que especular. Muchas empresas que realizan coberturas utilizan o incluso en muchos casos producen el activo subyacente.

Por ejemplo, los agricultores del maíz pueden utilizar los futuros para fijar un precio específico para la venta de su cosechas. Al hacerlo, reducen su riesgo y garantizan que recibirán un precio fijo. Si el precio del maíz disminuyera, el agricultor tendría una ganancia en la cobertura por compensar las pérdidas de la venta del maíz en el mercado. Al compensarse mutuamente la ganancia y la pérdida, la cobertura asegura un precio de mercado aceptable.