Empresas en máximos históricos
Estos han sido los valores bursátiles más destacados del mercado a lo largo de la semana, los cuales mostramos en el siguiente informe como mera información, no como recomendación para sus inversiones futuras.
ROVI.MC (GE Vernova Inc) Despegamos este informe semanal a lo grande, destacando este valor de España. Se ha revalorizado aproximadamente un 73,13% en dos año y un 39,83% en el último año. ¡Espectacular! Tendencia actual: Alcista.
AAPB (GraniteShares 2x Long AAPL Daily ETF) Continuamos el informe semanal destacando este valor que cotiza en el NASDAQ. Se ha revalorizado aproximadamente un 88,88% en lo que va de año y un 15,45% en los últimos tres meses. Tendencia actual: Alcista.
TDW (Tidewater) Una semana más, continuamos con este increíble valor que cotiza en EEUU. Se ha revalorizado aproximadamente sobre un 252,54% en los últimos dos años y un 4,70% en lo que llevamos de año. Tendencia actual: Alcista.
PRY.MI (Prysmian SpA) Una semana más, continuamos con este increíble valor que cotiza en Milán. Se ha revalorizado aproximadamente sobre un 123,21% en los últimos dos años y un 11,80% en los últimos tres meses. Tendencia actual: Alcista.
Sabías que...
¿Sabías qué… la crisis demográfica que se avecina, podría tener varias soluciones?
Atentos a las siguientes dos noticias:
En 2023 por primera vez desde la década de 1960, la población de China ha comenzado a disminuir. A pesar de los esfuerzos para promover familias más numerosas, los nacimientos han caído, lo que ha llevado al país a una crisis demográfica cada vez más profunda, que a día se traduce en 850.000 personas menos. Puede parecer poco, pero es el síntoma de que algo está cambiando.
Pero mucho más alarmante, es la siguiente: las proyecciones indican que para finales de siglo, el gigante asiático podría perder más de la mitad de su población, mientras que la media de edad de su país se sitúe cerca de los 60 años.
Y es por primera vez en la historia registrada, China ha dejado de ser el país más poblado del mundo. Pero esto no es una anomalía, gran parte del mundo desarrollado enfrenta una situación similar debido al envejecimiento masivo de la población. Incluso, está estimado que India comenzará a experimentar una disminución de su población a partir de la década de 2060.
Y claro, en este contexto España no es una excepción, con una tasa de envejecimiento del 133%, o lo que es lo mismo, solo en 2022 había 133 mayores de 64 años, por cada 100 menores de 16 años.
Y es que sin duda, nos avecinamos de forma natural a algo con lo que la humanidad nunca antes había lidiado salvo por catástrofes (guerras planetarias o pandemias): Una crisis demográfica.
Entonces, en un mundo en el que cada vez hay más personas ancianas y menos niños, la pregunta es obvia.
¿Qué impacto puede tener esto en la economía?
Lo cierto es que aunque parezca mentira, hay argumentos optimistas, y por supuesto, pesimistas.
Principal argumento optimista
En general, son argumentos que apuestan por un PIB total más reducido, pero con un PIB per cápita más alto ante los avances de procesos en IA, automatización, y la incorporación de robots en el mercado laboral para efectuar las tareas más aburridas y repetitivas. Sobre ello, reflexionaré más tarde.
Los 3 argumentos pesimistas
Mayor población dependiente: El primero de ellos se relaciona con la carga de la población dependiente, es decir, la proporción de personas mayores de 64 años en comparación con la población en edad laboral. Es evidente que, cuanto mayor sea esta proporción, mayor será la presión sobre los trabajadores para sostener el pago de pensiones, así como los costes de la atención médica y el cuidado de personas dependientes. No en vano, según los datos del gobierno español, el gasto sanitario promedio por persona entre 65 y 74 años es el doble del gasto promedio de la población general. Y es importante destacar que, para aquellos mayores de 75 años, el gasto casi se triplica. Con todo, a medida que aumente la cantidad de personas mayores, es lógico esperar que los costos de la salud también se incrementen.
Y ahí tenemos el ejemplo de Japón. Este país ha estado en declive durante años y, en la actualidad, es la nación más envejecida del mundo. Y todo ello a pesar de que entre 2000 y 2014, la productividad de los trabajadores japoneses creció a un ritmo incluso mayor que la de los trabajadores estadounidenses. Aun así, este incremento en la productividad no se reflejó de la misma manera en el PIB per cápita, los salarios o el poder adquisitivo. Esto muestra claramente cómo el envejecimiento tiene un impacto, y cuanto más se profundice, mayor será la carga.
Menor capacidad de emprendimiento: En segundo lugar, a menor población, y sobre todo, menor población jóven, teóricamente menor capacidad de nuevos emprendimientos, ya que las personas mayores tienden a ser menos propensas a iniciar nuevas empresas. A mediano plazo, esto podría limitar o incluso disminuir la cantidad de empresas y proyectos que son vitales para el desarrollo económico y tecnológico. Las nuevas empresas son, en esencia, el motor de la economía.
Macroeconomía: ¿qué empresa querrá invertir en un país donde los clientes son cada vez menos y el poder adquisitivo está en declive? Esto es algo que ya ha ocurrido en Japón, donde la inversión como porcentaje del PIB ha estado disminuyendo sistemáticamente desde 1990.
Pues bien, estos tres factores explican en gran medida por qué el envejecimiento es un obstáculo para la productividad, y por ende, para el buen desarrollo económico de una sociedad.
Y claro, esto podría convertirse en un desafío para los mercados, lo que como inversores nos preocupa. Si el número de empresas disminuye y los costes aumentan debido a las cargas sociales y a la escasez de mano de obra, es posible que las ganancias se vean afectadas, lo que podría llevar a una reducción en las valoraciones del mercado.
Entonces, ¿No hay solución posible?
¿Cómo paliar las consecuencias del declive demográfico?
Seguramente, esta sea la gran pregunta a la que tendrá que hacer frente la presente y la futura generación, si no quieren ver afectada su calidad de vida. Sí, los boomers tuvieron que construir desde casi cero, pero el reto generacional de los millenials y los Z no es menor, tendrán que aprender a sostener un mundo hasta arriba de deuda, y cada vez con mayores necesidades de protección social.
Y para ello, podemos plantear 3 soluciones:
Inmigración cualificada
La primera de ellas, en el corto y mediano plazo, consiste en que los países desarrollados podrían aumentar sus tasas de inmigración, especialmente de trabajadores cualificados, para contrarrestar el declive demográfico.
Ya que las sociedades de forma voluntaria están eligiendo no tener hijos, lo que incluye mencionar el fracaso de todas las políticas destinadas a favorecer la natalidad, es imprescindible favorecer una inmigración cualificada para los desafíos que se aproximan, y en ello, países como España, están haciéndolo justo al revés. Sin ir más lejos, en 2023 abandonaron en España más de 500.000 jóvenes cualificados menores de 30 años.
Trabajos más longevos
La segunda gran respuesta, requerirá un esfuerzo extra de la generación saliente (la generación X, ahora entre 50 y 65 años), pues no son pocos los expertos que están proponiendo incentivar a las personas para que trabajen más años, aunque sea en puestos más cómodos o con jornadas reducidas.
Por ejemplo, países como Japón llevan años trabajando en esta línea. No en vano, el gobierno japonés está promoviendo planes para que las personas se jubilen más tarde e incluso para que algunos jubilados regresen al trabajo. Por ejemplo, se ofrecen pensiones más altas a quienes continúan trabajando, incentivos fiscales y se prohíbe la jubilación obligatoria antes de los 70 años. Y como resultado, más de la mitad de los hombres japoneses de entre 65 y 70 años siguen trabajando.
Y en otros países como Suecia o Nueva Zelanda, ya existen proyectos piloto. En Suecia, por ejemplo, la jubilación anticipada está prohibida, salvo por razones médicas, y se han implementado numerosas bonificaciones y ventajas fiscales para quienes continúan trabajando después de los 65 años. Mientras que en Nueva Zelanda, el cobro de pensiones es compatible con mantener un salario, y el país ha invertido considerablemente en planes de formación profesional para que los trabajadores puedan actualizarse
Pero en realidad, estas dos soluciones de poco servirán si no hay un incremento muy elevado de la productividad mundial, y eso solo se podrá conseguir mediante el tercer argumento.
Inversión en IA e I+D
Y es que resulta vital elevar los niveles de inversión y promover activamente la integración de robots, la automatización y la inteligencia artificial.
Para fomentar la robotización y la adopción de nuevas tecnologías que incrementen la productividad, es necesario enfocarse en dos aspectos clave: más inversión en investigación y desarrollo, así como en activos intangibles, y también en lo que se conoce como formación bruta de capital en empresas, como fábricas, oficinas, maquinaria, etc.
Sabemos que habrá menos trabajadores, por lo que debemos crear las condiciones necesarias para que estos sean mucho más productivos.
Pero claro, ¿Cómo podemos invertir en algo tan etéreo como la robótica, o el I+D? Por suerte, hoy en día no es necesario exponerse a empresas, puedes invertir en toda la cesta de empresas dedicadas a este sector a través de ETFs como Xtrackers Artificial Intelligence and Big Data UCITS ETF 1C (XAIX) o Lyxor MSCI Robotics & AI UCITS ETF - Acc (ROAI), los cuales por cierto, cotizan en máximos históricos en estos momentos.
Es cierto que todo esto no será de hoy para mañana, pero debemos empezar a poner los cimientos, si no queremos aspirar a una sociedad cada vez más empobrecida, y con elevadas necesidades sociales.
Dicho Bursátil
Direccionalidad del mercado
Acciones más rentables
En la siguiente tabla se pueden observar los valores más destacados del mercado durante la última semana, el último mes y el último trimestre.