Un buen bróker ha de tener diferentes características.
La primera es que esté regulado en nuestro país. Esto es sumamente esencial.
Si estamos en España, no podemos tener un bróker que no esté regulado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), porque es la entidad que va a defender nuestros intereses.
En segundo lugar, el bróker tiene que cobrar unas comisiones razonables.
Escapemos de los que regalan cosas, de los que se anuncian como brókers sin comisiones o con costes muy baratos, porque, quizás, lo que hay detrás son “market makers”.
Y tercero y muy importante, nuestro bróker ha de permitirnos poner todo tipo de órdenes, entre las cuales incluyo algo básico, que es poner stops en todos los mercados en los que operemos.
Es decir, si en el mercado alemán, por ejemplo, no nos deja poner stops, o cambiamos de bróker o no invertimos en el mercado alemán.
Con estos tres requisitos básicos, podemos tener un buen bróker para llevar a cabo nuestra operativa y que ésta sea eficiente y eficaz.