Por el tipo de aprendizaje que tenemos inculcado desde que somos niños, es muy frecuente que los inversores que empiezan en bolsa piensen de forma lineal.
Es decir, si compran una acción a 8 euros y luego esa acción sube a 10 euros, lo que ven es que han ganado 2 euros. Y si luego esa misma acción baja de 10 a 8 euros, percibirán que han perdido dos euros.
Sin embargo, en términos de inversión, este pensamiento lineal no nos aporta nada. Los resultados de nuestra inversión tenemos que interpretarlos de manera porcentual.
Así pues, retomando el ejemplo anterior, si la acción que compró a 8 euros sube a 10 euros, la conclusión que ha de sacar como inversor es que ha tenido una ganancia del 25%. Si, después, la acción baja de 10 € a 8 €, la realidad es que habrá perdido un 20%.
Por tanto, es muy importante que asimile este cálculo porcentual para calcular sus rentabilidades reales.