El Reino Unido se ha convertido en el paradigma de cómo se está transformando el sector de la banca en Europa y en todo el mundo en general.

En 2010, en plena crisis financiera, nació Metro Bank, el primer banco minorista, después de 150 años, en recibir una licencia en el país británico. Pero, además, fue uno de los primeros "Challenger banks", es decir, bancos de nueva era que aportaban ciertos valores añadidos respecto a la banca tradicional, como un horario de atención más amplio, una mayor transparencia, menos burocracia o un mayor uso de las nuevas tecnologías financieras.

Luego, con la transformación digital, llegaron los "Neobanks" o neobancos, que son entidades financieras cien por cien digitales y dirigidas a diversos nichos de clientes, a quienes les une un rasgo común: les gusta acceder al banco a través de una app en su móvil.

Aunque esta ha sido una transformación a escala mundial, el Reino Unido se ha ido situando a la cabeza, al ser el primer país que empezó a fomentar la banca digital. A partir de 2013, el Banco de Inglaterra rebajó las exigencias para conseguir una licencia bancaria y, en 2016, creó la unidad "New Bank Start-up Unit" para ayudar a más firmas a convertirse en bancos. Desde entonces, se han lanzado en torno a 30 neobancos, como Atom, Monzo o Revolut, que fundó en 2015 un antiguo trader de Lehman Borthers y que ha multiplicado su valoración por cinco en menos de un año, hasta los casi 2.000 millones de euros. Su clientela crece a razón de entre 6.000 y 8.000 usuarios al día.

Al tener una plantilla reducida a cambio de más tecnología y más funciones automatizadas, los neobancos ahorran en costes y pueden también suprimir comisiones. Por ejemplo, Revolut cuenta con 600 empleados para algo más de 3 millones de clientes, mientras que un banco tradicional suele tener unos 20.000 empleados para prácticamente el mismo número de clientes.

Según el fundador de Revolut, Nikolay Storonsky, los bancos tradicionales siguen usando sistemas y procesos obsoletos, ya que el 95% de lo que hacen lo dedican a mantener su actual modelo de negocio y solo el 5% va destinado a innovación.

Actualmente, el Reino Unido cuenta con casi el mismo número de Neobanks y Challenger Banks que USA, Alemania, Francia, Canadá, China, México y España juntos.