La bolsa es, en cierto modo, un reflejo de lo que ocurre en el mundo. Las inquietudes sociales, las tendencias en el consumo y las transformaciones industriales dejan su huella en los mercados financieros.

En este sentido, uno de los grandes movimientos actuales que se está proyectando en los parqués es el que aboga por el factor sostenibilidad para responder a preocupaciones como el cambio climático y la degradación del medio ambiente.

Según la firma estadounidense Bank of America Merryl Lynch (BofAML), se está observando una creciente inclinación de los inversores hacia criterios ecológicos y éticos. De los 80 billones de dólares que hay en el mundo bajo gestión, 20 billones (25%) están colocados en en estrategias de inversión socialmente responsable (ISR) y se calcula que otros 20 billones seguirán esta propensión en los próximos diez años.

Aparte del cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que la ONU ha fijado para 2030, esta tendencia internacional de la ISR tiene mucho que ver con la concienciación que sobre estos temas se aprecia entre las generaciones más jóvenes de inversores.

En una encuesta que realizó BofAML el año pasado, se reveló que el 87% de los "millenNials" - nacidos entre 1965 y 1979- consideran importantes los criterios de sostenibilidad entre sus decisiones de inversión. También es alto el porcentaje de inversores de la generación anterior - Generación X (1965-1979)- que priorizan estos criterios, ya que supera el 60%.

Por otro lado, no es desdeñable el dato del 20% de revalorización que ha tenido este año el índice Dow Jones Sustainability, uno de los mayores referentes de la ISR.

Algunos expertos opinan que la inversión socialmente responsable ha pasado de ser un nicho de mercado para inversores interesados en esta área a algo transversal en la gestión financiera.

De seguir esta tendencia, sectores alejados de los criterios sostenibles, como las petroleras, el tabaco o el alcohol, podrían verse perjudicados.