No es una novedad que el sector de la prensa escrita lleva cayendo desde los inicios de la crisis, superado por Internet, por los nuevos hábitos de los lectores y por la disrupción digital de la publicidad.

En Estados Unidos, por ejemplo, varios diarios metropolitanos importantes han cerrado o han sufrido recortes drásticos desde principios de 2009. Otros están buscando compradores.

Por otro parte, en España, los seis grandes diarios en papel perdieron el 61% de su difusión en una década (de 2007 a 2017).

Pero lo que viene a confirmar el declive internacional de los periódicos es el hecho de que Warren Buffett, uno de los mayores inversores del mundo, haya decidido desinvertir en este sector.

El "Oráculo de Omaha", que empezó a ganarse la vida repartiendo diarios, ha vendido su filial de prensa, BH Media, y sus 30 periódicos a Lee Enterprises por 140 millones de dólares en efectivo. Lee ya venía gestionando los periódicos para la compañía de Buffett desde 2018 y la propia Berkshire Hathaway le ha prestado dinero a Lee para realizar la compra.

Cuando Warren Buffett empezó a invertir en la industria de la prensa, lo hizo para aprovechar su monopolio en el sector publicitario local. Pero ya hace un año que el tercer hombre más rico del mundo admitió que la mayoría de los periódicos estaban en decadencia, sobre todo por el auge de Internet.

El caso de BH Media es paradigmático de la devaluación del sector, puesto que, a pesar de ser una gran compañía -posee cabeceras en todo el país-, lleva años recortando plantillas para enfrentar la caída de los ingresos publicitarios.

En medio de esta decadencia de la prensa escrita, existe alguna excepción de éxito, como el New York Times, que, en 2011 y para su edición digital, dejó de centrar su modelo de negocio en la publicidad online -dominada por Google y Facebook- e introdujo el pago por suscripción, aprovechando su gran prestigio. Desde entonces, la empresa se ha revalorizado más de un 500% en el NYSE. Pero es improbable que este crecimiento se repita en otras cabeceras, aunque también redirijan su negocio a la suscripción.